lunes, 6 de agosto de 2012

¿Eing?

  
   Alguna vez leí o escuché en algún lado 'que el físico atrae, pero la personalidad enamora' y no le faltó razón alguna. Se puede aparentar todo y nada, pero realmente solo puedes mostrar quién eres tú comportándote con los demás. Con tu forma de ser; tu personalidad.

   Mucha gente opta por aparentar ser de una forma y realmente no se dan cuenta de quienes son ni ellos mismos, y con el paso del tiempo (algunos) empiezan a darse cuenta de todo. De todo lo que han querido ser y no son. De todas las cosas que han hecho escondidos bajo ese farol.

   Es verdad que los prejuicios sobre personas existen, aunque no deberían. Y a veces, tenemos personas maravillosas a nuestro lado y no nos damos cuenta. Lo bonito de todo es darte cuenta, tarde o temprano. Bueno, espera, voy a contradecirme, ¿el por qué? Porque a veces no sólo vale darse cuenta tarde, las personas no son objetos de usar y tirar. Y lo que menos queremos llegar a sentir es eso, objetos de usar y tirar que utilizo cuando quiero y abandono cuando me da la gana. No, así no funciona este juego.

   Considero que tengo cerca a las personas que me quieren y que quiero, aunque algunas estén lejos. Y, aunque a veces nos sintamos solos, porque el ser humano es gilipollas por naturaleza, no es cierto. Estamos rodeados de gente: gente mala, falsa, hipócrita pero también gente buena, que te quiere, que te respeta, que te apoya y que se rie contigo. 
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario