miércoles, 18 de julio de 2012

Locuras.

   Hay tardes que me gustaría que duraran una eternidad, otras que preferiría no haberme levantado de la cama y luego están las típicas que te dan lo mismo. Las mejores tardes son esas que quieres que sean interminables, que cuando llega la noche y te vas, parece que te dejas algo en ese lugar. Nos ha pasado a todos, no lo vamos a negar.





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