Te levantas con la pierna izquierda y parece que nada va a salir bien. No hacemos las cosas bien y además hacemos/decimos cosas de las que nos arrepentimos. Y seguimos esperando a ver si en algún momento del día algo se arregla. A pesar de que lo único que quieres es no haberte despertado o acostarte de nuevo y que 'mañana sea otro día'.
Ese sentimiento de soledad a pesar de no estarlo es el que te inunda en esos momentos. Miras a tu alrededor y no hay nadie, estás en tu habitación esperando algo que no llega. Esperas y sigues esperando y no.
Y además, somos tan sumamente extraños (me gustaría poner 'gilipollas') que en los mometos malos nos acompañamos de música melancólica, por el simple hecho de poder entenderte a ti misma o a ti mismo. Y así seguimos.
Por otro lado, lo bonito de estos días (Laura's a las que le gustan sacar las cosas positivas) es cuando hay algo o alguien que te hace sonreir. Algo que te haga feliz, aunque sea por unos minutos. Me parece que a todo el mundo le gusta sonreir, ser feliz aunque a veces se nos haga cuesta arriba.
Por mucho que procuremos ser felices, siempre hay algún día que es más triste que una despedida en una estación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario